El tema que está en el ojo de la tormenta luego que apareciera un documento de la FIFA donde consigna el título del 34 a los blanquiazules
Es absurdo que en pleno 2024, los aliancistas sigamos cayendo en el mismo debate sobre el título de 1934. un título que no cambian la realidad del club ni el presente futbolístico. Esta obsesión por revivir constantemente un campeonato histórico se ha convertido en una cortina de humo perfecta para distraernos de los problemas reales que enfrenta Alianza Lima.
La pregunta es clara: ¿en qué mejora el club si sumamos un título más? La respuesta es que no cambia nada. Nos engañamos pensando que una disputa histórica afecta nuestro rendimiento actual. Mientras nos enredamos en esta discusión, no hemos logrado formar jugadores de calidad en años. ¿De qué sirve hablar de campeonatos pasados si la cantera de Alianza Lima no ha producido futbolistas de alto nivel recientemente?
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Además, nuestra situación financiera es preocupante. La administración actual ha sido incapaz de sanear las cuentas del club. Con deudas acumuladas y una gestión que no rinde cuentas claras, seguimos viendo cómo las finanzas de Alianza Lima se deterioran. Esta falta de transparencia y la gestión ineficiente solo contribuyen a un futuro incierto. Y mientras nos distraemos con debates estériles, los hinchas no exigen soluciones reales a estos problemas.
Un tema que debería estar en el centro de la discusión es el estancamiento de nuestra infraestructura. ¿Qué ha pasado con la renovación del Estadio Alejandro Villanueva? ¿En qué quedó el centro de alto rendimiento que tanto necesita el club para formar jugadores y competir a nivel internacional? Proyectos importantes para el desarrollo de Alianza Lima están en el limbo, pero preferimos enfocar la atención en glorias pasadas que no resuelven los problemas del presente.
A nivel internacional, nuestra presencia sigue siendo irrelevante. Alianza Lima ha mostrado rendimientos deficientes en competencias continentales, y esto refleja una falta de planificación y visión a largo plazo. ¿Qué se está haciendo para que el club sea competitivo fuera de las fronteras nacionales? Muy poco, si seguimos distraídos por el humo del 34.
Nosotros como hinchas también tenemos responsabilidad. No podemos permitir que nos sigan desviando con historias del pasado. Es hora de dejar de lado la nostalgia y empezar a exigir un mejor presente y futuro para nuestro club. La paciencia de los aliancistas está llegando a su límite. No se trata solo de títulos o de historia; se trata de construir un club sólido, con una visión clara, que priorice la formación de talento, la estabilidad económica y una infraestructura adecuada para competir en los más altos niveles.
El pasado ya no puede ser una excusa. Lo que debe importarnos es el presente y el futuro de Alianza Lima.
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