Uruguay decretó emergencia hídrica por crisis del agua potable y redujo el impuesto al agua envasada en la capital, ante...
Uruguay decretó emergencia hídrica por crisis del agua potable y redujo el impuesto al agua envasada en la capital, ante una sequía que afecta al país y alcanza un punto crítico en los hogares de Montevideo y alrededores.
Las reservas llegan a un mínimo histórico. Las inversiones gubernamentales priorizaron en gastos de energía, telecomunicaciones, red vial y combustibles, pero nunca en el agua.
En solo dos jornadas, las reservas en Paso Severino bajaron casi 200,000 metros cúbicos y se ubican por debajo del 2 %, por lo que en pocos días no habrá agua potable en las canillas.
El panorama es desalentador, porque la población tiene que adquirir agua envasada mientras la sequía se mantiene. Según los pronósticos, no se prevén lluvias a corto plazo, por lo que se advierte que en una semana el agua de los caños en el área metropolitana no será bebible.
La escasez de este recurso natural en los embalses que nutren a OSE propicia que la entidad encargada del suministro de agua potable a escala nacional entre en crisis hídrica y no cubra la demanda de las más de 70 plantas que potabilizan el agua.
La Planta de Aguas Corrientes, en Canelones, a 50 kilómetros de Montevideo, dejó de abastecer de agua potabilizada al área metropolitana. Eso es una población de 1'700,000 habitantes, del total de 3.5 millones en toda la nación.
El gobierno de Luis Lacalle recomendó a mujeres embarazadas, enfermos renales crónicos e insuficiencia cardíaca evitar el consumo de agua de los caños. El 19 de junio, la gestión de Lacalle decretó la emergencia hídrica para Montevideo y alrededores, anunciando la ejecución de medidas para paliar la situación.
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Este 2023 se convierte en año de alarma por el agua y eso se ve en la calle con carteles en comercios que promocionan bidones de agua y en gente cargando fundas de botellas.
Con ello, van tres años de sequía, la más larga y pesada de la historia del Uruguay, lo que dejó a la ciudad de Paso Severino sin agua para sacar y eso llevó a que las autoridades combinaran esa agua con la extraída del Río de La Plata, mezclando agua dulce con salada.
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