El Diez.- La historia de su vida con el karate inicia a los 6 años. Le diagnosticaron pie plano, y...
El Diez.- La historia de su vida con el karate inicia a los 6 años. Le diagnosticaron pie plano, y su padre vio la solución en el deporte. Además, don Tomás Salcedo tenía un sueño frustrado con las artes marciales, y quería que su hija Saida Salcedo Hermoza pueda cumplirlo por él.
La deportista ha obtenido títulos como la medalla de bronce en el Abierto de Austria 2014 y oro en el Abierto de Turquía 2017. La presea de bronce en Lima 2019 es una espina que aún le duele. “Nosotras (junto a Sol Romaní y Rosa Almarza), nos habíamos enfocado para ganar la de oro. Incluso, había pensado retirarme tras conseguir ese objetivo”, reveló.
En la película de su vida, el karate le ha servido para aplacar sus nervios, ser disciplinada y también para su defensa personal, llevándola a representar al Perú.
Heroína del kata
A diferencia del kumite, donde hay contacto, Saida Salcedo Hermoza se inclinó por el kata, una disciplina que se realiza a través de una serie de movimientos. “En mi primera competencia gané en kata y quedé tercera en kumite. Pero dejaba que me golpeen porque no me dolía (risas). Esa no era la idea”, relata.
El profesor Rolly López le indicó que tenía mejores cualidades para el kata. “Para mí el kata es la esencia y el kumite la aplicación. De algún modo el karate me salvó la vida”.
Saida Salcedo se crió en Zarumilla y en Cárcamo, dos barrios ‘picantes’ de Lima. “Una vez me cogotearon. Me pusieron un cuchillo en la cara. Mi instinto me llevó a sujetar al delincuente y darle vuelta. Me puse en guardia, pero el tipo salió corriendo”.
(Por Tito Ponte Silvera)
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